- Retraso en habilidades y hábitos de autonomía personal.
- Retraso en aprendizajes básicos: lectura, escritura, cálculo...
- Retrasos curriculares: matemáticas, lenguaje...
- Problemas en las relaciones sociales.
-Deterioro de la seguridad en sí mismo, autoestima.
El Equipo de Orientación debe
realizar una Valoración Psicopedagógica
y Contextual del Niño o Adolescente con TDA. Con esto
queremos indicar que del alumno no sólo hay que conocer que presenta las
características del TDA sino que,
también, debemos conocer sobre otras aptitudes y nivel de desarrollo de
habilidades.
Además, cada niño tiene una
familia y unos profesores diferentes, los cuales aplican sistemas educativos
distintos, que se deben conocer para proponer cambios o apoyar los hábitos
actuales. Por eso, sugerimos a los Padres que soliciten a los Equipos de Orientación
a los que acudan, un Informe con los resultados de haber administrado al menos
las siguientes pruebas psico-educativas:
- Test de Atención Sostenida y de Calidad Atencional.
- Test de Lecto-escritura.
- Prueba de Estilos Educativos de los Padres.
- Informe de Conducta en Casa.
- Informe de Conducta en el Centro Educativo.
- Pruebas indicadoras de niveles de ansiedad y estrés.
- Pruebas indicadoras de los niveles de ajuste social.
- Pruebas que evalúen las habilidades de relación social.
- Test de Razonamiento o Inteligencia Lógica.
Una vez efectuada la valoración, se deberá efectuar una serie de medidas con el alumno afectado.
A continuación, enumeramos algunas de las posibles medidas a adoptar:
1. Programar
actividades cortas y adecuadas a las capacidades de atención y control.
2. Dividir
las tareas en partes, indicado claramente un tiempo limite para terminar
cada una de éstas y elogiando la realización correcta de cada una de
ellas.
3. Priorizar
la calidad sobre la cantidad: es mejor seleccionar lo más importante que
pedir una gran cantidad de tareas.
4. Buscar
el lugar más adecuado en el aula para el alumno, facilitando el contacto
ocular con el profesor y alejándolos de posibles distracciones: la
ventana, la puerta de entrada?
5. Disminuir
el ruido durante la clase.
6. Utilizar
una buena organización que puede reforzarse colgando en la pared el
programa del día y las normas de clase.
7. Diseñar
gráficos que proporcionen a los alumnos información sobre su
comportamiento.
8. Intercalar
tareas menos motivadoras o que requieran una respuesta pasiva, como por
ejemplo una exposición teórica, con otro tipo de tareas más activas, que
requieran la intervención de los alumnos.
9. Utilizar
un tono tranquilo, un estilo directo y ayudar al alumno a darse cuenta de
que su aprendizaje nos interesa, de que nos preocupamos por él.
10. Hacerles
conscientes de la importancia de su implicación activa en clase y de que
les comprendemos y les ayudamos.
Mª Elena Sanz Ferrer